Erin

Erin sufrió un terrible accidente en el criadero donde vivía y perdió sus patas delanteras. Un desgraciado accidente, pero que le cambiaría la vida y le haría llegar hasta nosotros, donde ha conocido la felicidad.

A pesar de su discapacidad y sus evidentes problemas de movilidad, Erin es una todoterreno a la que hay que controlar pues no es consciente de sus limitaciones. Ha descubierto lo que es vivir y no quiere perderse nada.

Gracias a la ayuda de muchas personas, recientemente hemos podido conseguirle una silla de ruedas y está completamente descontrolada. Salta y vuelca constantemente. Ahora tiene que aprender a controlar sus ganas de disfrutar a tope para mantenerse en la posición correcta sobre su silla. Es incombustible.

No tiene problemas de convivencia con perros ni gatos. Es la perra más cariñosa y achuchable del planeta. Debido a sus lesiones, todavía le queda un largo camino de lucha por delante hasta que veamos si podemos «conseguirle unas patas nuevas». Sabemos que tiene muy complicado encontrar una familia, pero no desistimos porque fuera de sus problemas físicos, es un ser absolutamente excepcional.

Erin va a necesitar aún mucha ayuda y, sobre todo, padrinos que ayuden a que podamos cambiar su rumbo y volverla a ver hacer el cabra (como a ella le gusta) a cuatro patas. ¿Nos ayudas a conseguirlo?