¿Cómo crees que sería tu vida si un atropello te dejase graves secuelas físicas?
¿Qué secuelas? Una vértebra fracturada, los dos tendones de Aquiles destrozados y falta de sensibilidad de cintura para abajo, que te provocara incontinencia. Pero ahí no acaba todo, además necesitarías ayuda para vaciar el intestino y la vejiga varias veces al día.
¿Cómo crees que sería? ¿Cómo crees que serías?
Esto es lo que le pasó a Laia, una bonita galga que cuando apenas tenía 15 meses fue atropellada en la A2. Quien conducía el coche no paró a auxiliarla y la dejó agonizando en la cuneta. Por suerte, un chico que circulaba por allí escuchó sus alaridos y paró a socorrerla. Fue gracias a esta persona que contactó con Pérrikus, como Laia pudo comenzar su nueva vida, su vida después del accidente.
En este vídeo puedes ver cómo Laia ha asumido su nueva situación. Dime, ¿Se parece en algo a cómo te imaginabas a ti mismo después de sufrir ese atropello?
Fascinante, ¿verdad? Pues déjame que te cuente un poco más de ella.
Cuando ves a Laia por primera vez, algo en ella te hipnotiza. Es imposible dejar de mirarla, sorprende verla desplazarse con unos movimientos que se parecen más a los de un bebé de chimpancé que a los de un perro, y digo bebé porque Laia necesita pañal.
La mayor parte del tiempo, lleva esa especie de antena parabólica que se les pone a algunos animales para evitar que se rasquen, o que se laman alguna herida, se llama collar isabelino, y a ella le hace parecer una flor, una flor de pétalos de plástico, a los que no le ha quedado más remedio que acostumbrarse. En realidad se ha tenido que acostumbrar a demasiadas cosas desagradables. En su corta vida ha sido operada en cinco ocasiones, dos de ellas del rabo, la última intervención para amputárselo. Pero lejos de quejarse, cada día nos muestra que su alegría es infinita. Le encanta jugar, saltar y disfrutar tanto de la compañía humana, como de la de los otros perros. Es una perra feliz, que saborea esta segunda oportunidad que le ha dado la vida.
Mirar a Laia es recibir una lección. Es descubrir que no existe el motivo que te pueda impedir ser feliz. Supongo que es la suerte que tienen los animales, ellos no se comparan con otros, tampoco con ellos mismos antes de sufrir un accidente, eso les permite seguir adelante, con más dificultades, pero hacia adelante. Para ellos nada es imposible. Y Laia nos lo demuestra cada día.
Cuando Gandhi pronunció la frase “La fuerza no viene de la capacidad corporal, sino de la voluntad del alma”, parece que pensaba en nuestra incombustible galga.
¿Te gustaría dar una oportunidad a nuestra heroína? ¿Has conocido alguna vez a algún perro tan extraordinario?
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