Afirmar que todos los perros son iguales, es tan absurdo como insinuar que Donald Trump y Greta Thunberg son muy parecidos por el simple hecho de pertenecer a la misma especie. Quizás la comparación sea algo excesiva -básicamente porque no hay perros parecidos a Trump– pero nos lleva al quid de la cuestión, y es que este comentario está tan alejado de la realidad, que solo lo puede hacer alguien que jamás ha querido a un perro…
Porque cuando quieres a un perro descubres, entre otras muchas cosas, que no hay dos iguales. Por eso, elegir bien al que vas a adoptar es fundamental. Un enamoramiento a primera vista te llevaría a adoptar al perro más mono del albergue, dando por hecho que va a ser un perro fiel, cariñoso y juguetón. Pero siento decirte que esto no funciona así. Cada uno de los perros que viven en Pérrikus tiene su propia personalidad, algunos se parecen más entre ellos y otros menos, pero cada uno es diferente. De ahí que sea fundamental dejarse aconsejar antes de adoptar. Las personas que están con ellos son quienes mejor los conocen, saben cuál es su carácter y lo que necesitan para ser felices, que al fin y al cabo, de eso se trata, de que sean felices.
Errores comunes y falsos mitos
Cuanto más joven sea el perro, más fácil será educarlo ¡FALSO!
Guiarnos por la edad de un perro es una gran equivocación.
Educar a un cachorro requiere experiencia previa y muchísima dedicación. No proporcionarles el tiempo que necesitan puede provocar problemas de conducta muy difíciles de corregir. Por no hablar de la cantidad de atención y ejercicio que van a necesitar. No te queremos desmotivar, pero es importante que si adoptas a un cachorro, sepas a lo que te enfrentas. Ver crecer a tu perro es precioso, pero también es duro, así que si decides hacerlo, mejor no encontrarte con sorpresas.
Por otro lado, y en contra de lo que mucha gente piensa, la adopción de un perro adulto -a partir de 4 años– tiene muchas ventajas, una de ellas es que la adaptación será más sencilla, los perros a estas edades son más receptivos y sus deseos por agradar a su familia harán que la convivencia sea más agradable desde el principio.
Las características de cada raza no son importantes a la hora de elegir a tu perro ¡FALSO!
Otro de los errores más comunes es adoptar a un perro sin tener un conocimiento previo de la raza, o rechazar a una raza en concreto, creyendo que va a tener un comportamiento incompatible con nuestra vida. Un ejemplo de ello es el Galgo, hay mucha gente que cree que es un animal nervioso, que necesita hacer ejercicio a diario y que es incapaz de adaptarse a la vida en la ciudad. Sin embargo, esto no es así. El galgo, cuando alcanza la edad adulta, es un perro tranquilo y limpio que se adapta perfectamente a una vida urbana.
En el caso opuesto se encuentra el Husky Siberiano, pero en esta ocasión te traemos un caso concreto:
Brendam, una belleza con alma libre
Si siguiésemos el método de adopción basado en el aspecto físico, te aseguro que Brendam se habría marchado hace mucho tiempo. Es un perro precioso, sin embargo, tiene unas características que hacen que su adopción sea más complicada que la de otros perros.
Brendam es un Husky y esto implica que su necesidad de libertad sea mayor que la de otras razas. Llevarle a vivir a un piso en cualquier ciudad le convertiría en un perro frustrado, lo que haría infelices tanto al perro como a sus adoptantes, por este motivo hemos tenido que rechazar varias solicitudes para su adopción. A veces el cariño y la atención no son suficientes y la necesidad de espacio, naturaleza y temperatura adecuada son tanto o más importantes.
Brendam llegó a Pérrikus junto a su hermano Blod, vivían en un chenil y nunca habían sido socializados, ni con otros perros, ni con humanos. Fueron necesarias muchas semanas de trabajo y altas dosis de paciencia para conseguir su adaptación. Blod tuvo mucha suerte y fue adoptado en febrero por una familia que vive en el Pirineo, allí tiene el espacio que necesita y unas condiciones meteorológicas más adecuadas. Estos perros no necesitan caricias continuas, necesitan vivir en estado de semilibertad y no todo el mundo se lo puede ofrecer.
Como ves, cada perro es distinto. Cada uno necesita un tipo de familia para ser feliz y nuestra labor es ayudarles a encontrarla.
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