La llegada de un perro a casa es una experiencia muy emocionante, tu vida cambia de manera evidente, pero también la del animal que acaba de llegar. Tú cuentas con ventaja, es tu casa, eres quien ha decidido adoptarle y vas a ser quien a partir de ahora establezca sus rutinas, él en cambio no sabe que le espera y aunque depende de cada perro, lo normal es que se sienta desconfiado y asustado. Por eso es importante ayudarle desde el principio a que su periodo de adaptación, que suele oscilar entre 15 días y 2 meses, sea lo más rápido y relajado posible.
Cuando tu perro llegue a casa, lo primordial es que se sienta seguro, para ello déjale que explore su nuevo hogar a su ritmo. Si no quieres que entre en ciertas estancias, cierra la puerta, así evitarás comenzar con regañinas, que con tantas novedades puede provocarle estrés.
Procura no atosigarle, ni dándole órdenes sin parar, ni mostrándole un exceso de cariño, él apenas te conoce así que no fuerces las cosas, vas a tener mucho tiempo para demostrarle lo feliz que estás con su presencia, no hace falta hacerlo de manera desbordante. Deja que tenga un lugar en el que pueda descansar sin que nadie le moleste, él necesita saber que cuenta con una guarida en la que poder refugiarse, su cama puede ser este lugar de recogimiento.
Para facilitar el periodo de adaptación es muy importante establecer rutinas, esto le proporcionará tranquilidad y seguridad, conocer de antemano lo que va a ir sucediendo evitará que esté alerta y por tanto que se sienta angustiado. Aunque mucha gente opta por hacer coincidir la adopción con un periodo de vacaciones, esto puede ser contraproducente, el motivo es sencillo, acostumbrarás a tu perro a una situación irreal, en la que tu presencia será constante. Se adaptará a unas rutinas que solo van a durar unos días y cuando se haya acostumbrado a ellas, volverás a cambiarlas y esto puede provocar que el perro padezca estrés por separación, una conducta evitable y difícil de corregir, que hace que los perros sufran mucho. Por eso es importante que cuando tomes estas decisiones pienses en lo que va a suponer para él, no pienses en ti, porque como hemos dicho antes, tú juegas con ventaja.
LOS PRIMEROS PASEOS
Los paseos son muy importantes en el día a día de tu perro y establecer un hábito también es importante. Intenta que sean más a menos a las mismas horas y procura que tengan una duración adecuada al tipo de perro que hayas adoptado. Es probable que tu perro no haya paseado antes con correa, así que tendrás que ser paciente e intentar que no se sienta forzado, para eso es conveniente que el paseo sea tranquilo, déjale que se tome su tiempo olfateando su nuevo entorno, es importante que empiece a identificar los lugares por los que camina y a conocer a los perros con los que probablemente se vaya a relacionar, una buena socialización desde el comienzo es fundamental.
Como es lógico, la recomendación es no soltar a tu perro hasta que no se haya establecido un vínculo de confianza entre vosotros. Si crees que soltarle le puede venir bien, utiliza un lugar vallado para evitar que se pueda escapar, como un pipican. Otra recomendación es usar una correa larga de 10 metros, eso permitirá a tu perro tener cierta libertad y a ti te dará seguridad para trabajar con él la llamada sin correr ningún tipo de riesgo. Algo que debes saber, y que queda completamente desaconsejado, es utilizar las correas conocidas como Flexi, por favor, nunca las utilices, quizás no lo habías pensado, pero en caso de que tu perro se asuste, dé un tirón y se escape, comenzará a correr y no parará de hacerlo, ¿por qué? porque sentirá que algo le persigue, y ese “algo” será su propia correa Flexi golpeando contra el suelo detrás de él.
Tener un perro en casa en una experiencia maravillosa, nunca dejan de enseñarte cosas. Pero es importante que desde el principio te esfuerces en hacer bien tu parte, de eso depende la felicidad de ambos.
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