Elegir el nombre de nuestros perros a veces es complicado. Son tantos los que llegan al albergue, que algunos de ellos no reciben el más apropiado. Pero en este caso lo tuvimos muy claro. Su diminuto tamaño y las dificultades que se ha encontrado en su corta vida, unido a su enorme fortaleza, le han hecho merecedor de este gran nombre Tyrion, uno de los personajes más carismáticos de “Juego de Tronos”.
No es necesario ser un fanático de la serie para conocer al personaje interpretado por Peter Dinklage. Su condición física le delata, y es que se trata de un hombre con enanismo, que a pesar de ser menospreciado por su tamaño, demuestra una fortaleza y una inteligencia de la que los demás carecen. Aunque nadie ha menospreciado jamás a nuestro Tyrion, hay que reconocer que sus hermanos no se lo ponían fácil a la hora de mamar. Ellos son mucho más grandes que él, prácticamente doblan su tamaño, por eso decidimos alimentarlo con biberón. Nos teníamos que asegurar de que tuviese fuerzas para afrontar su otro problema, las heridas que sufrió durante el parto.

La llegada al mundo de este cariñoso y valiente cachorro no fue precisamente un paseo por las nubes. Su madre le provocó, de manera involuntaria, una serie de heridas que han tenido que ser tratadas con antibiótico. Tenía tres y todas bastante aparatosas. La herida del hombro le seccionó la musculatura, y aunque a día de hoy está prácticamente cerrada, puede haberle afectado a la movilidad de su patita derecha. La herida de la ingle ya está completamente cerrada y la de la base del pene, aunque tiene buen aspecto, tardará algún tiempo en cerrar del todo, quizás más adelante necesite unos puntos de sutura, pero eso ya se verá.
Por si todo esto fuera poco, también padecía una fuerte infección en un ojo, así que todos estos inconvenientes nos llevaron a tomar la decisión de separarle de su madre y de sus hermanitos. La separación fue paulatina, al principio intentamos que estuviese con ellos por la mañana, algo que agradecía su madre, que le recibía con todo el amor del mundo. Pero vimos que su progreso sería más rápido en casa de acogida, así evitaríamos que sus heridas se infectasen y que la infección de su ojo empeorase.
Su evolución es bastante positiva, cuenta con supervisión veterinaria continua y en apenas 20 días ha pasado de pesar 350 gramos a alcanzar 1Kilo de peso. Además ha comenzado a ponerse a cuatro patas. Como ves, este pequeñín no se rinde.

A Tyrion aún le queda mucho trabajo por delante, cuando crezca tendrá que hacer rehabilitación para evitar que le quede algún tipo de cojera, pero ya habrá tiempo para eso.
Él ahora juega y duerme tranquilo, siente que está a salvo, sabe que vamos a hacer todo lo posible para que su vida sea fácil y bonita. Porque cuando te encuentras a un luchador tan grande, da igual que su cuerpo sea pequeño, lo único que importa es ayudarle en su lucha.

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